La vida es una broma sombría, a la cual un sólo le puede encontrar gracia cuando no la entiende.
Uno trata de encontrarle la gracia y reír con ella, pero cuando por fin se entiende el chiste, la risa muere. Pues el chiste es sobre uno.
El chiste más grande, la gracia de todo, es que siempre que uno cree que ya le agarró el chiste a la vida, esta se encarga de demostrar lo contrario. Con una muerte de un familiar, un bulto en los testículos, la tos con sangre mientras se fuma con la familia, la esposa en la cama del mejor amigo, la vida nos pone el pie para que tropecemos, nos avienta un pastel en la cara y nos pide que ríamos con ella. Que "ya lo superemos", el bromista le pide a la victima que se deje de tomar tan en serio su desgracia y miseria y que se ría del merengue del cáncer, el adulterio, la muerte que tiene en la cara.
Somos todos unos payasos, y el mundo ríe con nosotros, pero cuando lloramos, lo hacemos solos.
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