Cuando alguien deja de amar a alguien mueren una pareja de ancianos hipotéticos. Se derrumba una casa que jamás se construyó y los hijos jamás nacen. Los amigos en común no van a las fiestas de navidad y no se vuelven madrinas de bautizo las mejores amigas. Se regresan a la cuenta del banco los miles de pesos que se invirtieron en un aro de metal y se rejuvenece varios años. Tantas cosas se destruyen cuando dejamos de amar a alguien y sin embargo todo sigue igual, la gente se sigue matando, los niños se siguen muriendo de hambre y los padres les siguen pegando a a sus hijos.
Eso siempre se me ha hecho increíble, uno piensa que toda la entropía generada por ese amor destruido haría que los hombres se amaran los unos a los otros y que las naciones cantaran hermanas. Es ahí el primer desencanto del amor adolescente, saber que por mucho que tu creas amar a alguien, jamás podrá cambiar un centímetro cúbico del mundo.
¿A dónde va toda esa energía perdida? Obviamente se queda dentro de nosotros, se enfría y se vuelve masa, y después se hace más pequeña pero con la misma densidad, nos deja un cráter, que succiona cualquier tipo de luz que llega a él. Y utilizamos eso como combustible, supongo, nos volvemos funcionales, vivimos, existimos. Pero ahí siempre queda algo, o nada, sí, creo que ahí siempre queda nada.
Sería un mundo mejor si ese amor pudiéramos sacarlo y decir: "Hey, si no se lo puedo dar a alguien, lo voy a dividir en pequeñas partículas y se lo entregaré al mundo." Pero no, jamás es así. Siempre quedamos mal y una parte de nosotros que jamás existió, pero queríamos que existiera, muere.
Y eso es el problema de todo. Amamos. Está de la verga
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