Yo no le puse mucha atención porque la gente como Rafael habla por hablar, lo hace sin ganas ya sólo por decir algo.
-Ese guey- Continuó. - Era el mejor de la clase, así me acuerdo que desde chiquillo era el abanderado. Y una vez corrigió a una maestra en clase de literatura. ¡No sabes! Una chingonería desde niño.
Mi tía estaba encantadísima con Rafael, porque era guapo y tenía un buen puesto en Pemex a pesar de ser tan joven y obviamente toda la familia quería que se casara con Liliana.
- Hagan de cuenta- Siempre decía "hagan de cuenta" como me cagaba eso - que la tipa estaba escribiendo un párrafo de un libro en el pizarrón ¿no? Entonces que se para todo encabronado, porque eso sí, era bien maniático el tipo, y que le pone todos los acentos, comas y sangrías que le hacían falta y se sale todo enchilado.
- ¿Y que se hizo ese guey? - Le pregunté.
- Pues mira, se supone que le hicieron una prueba de esas que te miden la inteligencia y que lo mandaron a México a una escuela de genios una madre así, pero que allí se empezó a juntar con mucho vaguillo y empezó a fumar mota, hagan de cuenta que el tipo dejó su carrera por ponerse a escribir.
- ¿Ah sí? ¿Y qué escribe?
- Biografías. Yo siempre he dicho que la gente frustrada habla de cosas que pudieron haber sido pero que nunca lograron.
-¿Cómo tu Rafaelito?
-¿Qué dijiste?
- Qué está bueno el robalito.
Pendejo.
2 Razones:
Jajaja... parecía que estaba escuchando la narración de la película "Matando cabos..."... Mascarita... :P
Jajaja Saludos!
Haha esa película está buenísima
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