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En un libro de García Márquez el Coronel Aureliano Buendía tras estar en la guerra por muchos años regresa a Macondo y se da cuenta que la guerra le ha quitado todo, que ha podrido su corazón y mancillado su alma, disculpen que esté tan lírico últimamente con mis oximorons y metáforas, pero es que no puedo decirlo de otra forma:


Me estoy pudriendo por dentro.

Desde hace varios días no puedo dormir bien, y me ha estropeado la mente poquito a poquito, pensé que las últimas consecuencias de esto iba a ser el envejecimiento prematuro pero jamás pensé que atravesara mi piel y llegara a esa cosita loca que a los estudiantes de filosofía nos gusta llamar alma.
Creo que fue miércoles el día que me levanté gracias a un olor a carne podrida en mi cuarto. Pensé que era la ciudad, pues Coatzacoalcos tiene muchos problemas de drenaje, no le di importancia y me fui a bañar.

Fui a la escuela y le pregunté a una amiga si en su casa olía igual a podrido, pues el olor me siguió hasta el salón, me dijo que ella no olía nada. Obtuve la misma respuesta de un maestro y de un amigo. Entonces me salí de la clase de matemáticas y entré al baño, cerré la puerta con seguro y la ventana. Me senté y acerqué la mano a mi nariz "Huelo a mierda", lo dije en voz alta, estaba sorprendido, yo me baño tres veces al día (aunque no parezca) y no me gusta salir de casa sin usar perfume y aún así olía a mierda.
Pedí irme a mi casa, tenía ganas de llorar pero no sabía porque. Era como si hubiera perdido algo, como si llegara el invasor Zim y te arrancara uno de tus órganos y te pusiera un pedazo de mierda en intercambio.

Hasta que me vi sonriendo en el espejo y lo entendí:
Me estoy pudriendo.

Cuando una fruta está podrida su piel se pone negra y su textura es aguada, pero cuando un hombre se pudre en vida, su alma pierde todo, no sienta nada y todo se le hace gris. Si de todas maneras jamás he sido alegre, ahora estoy apático, hasta el odio que siento por todos ustedes de desvaneció, ya no extraño nada, no quiero nada, no detesto a naiden ni a nadie. Sólo "soy" estoy por estar. Me pudro. Y sé que algún día eso va a desaparecer, estoy empezando a escuchar gusanos y como supuran las heridas, sé que algún día sólo quedará polvo de lo que fue la podredumbre de mi psique y después, nada.
Estoy empezando a hacerme a la idea de ser un cascarón sin nada dentro, no me produce miedo ni tristeza, sólo una enorme curiosidad como la que todos sentimos cuando nos preguntamos que hay después de la muerte, sólo que en mi caso me pregunto: ¿Qué hay después de la muerte en vida?
















(lo más triste de este post es que es verdad)

1 Razones:

miffie.melon dijo...

te dije que yo no tengo sentido del olfato(: